En un cable de la Agencia ACI noticias del 17 de mayo se informa que el Arzobispo Caldeo de Erbil en Irak, Mons. Bashar Warda, una de las principales voces que defienden a los cristianos perseguidos y desplazados en Irak, publicó el 16 de mayo un comunicado urgente sobre el aparente retiro de personal estadounidense de lugares clave en el país.
Mons. Warda menciona explícitamente al vicepresidente de los EU, Michael Pence quien se comprometió a proteger a las minorías religiosas en Irak, “estamos seriamente preocupados sobre el reciente retiro de la presencia de Estados Unidos en Irak. Tras haber sufrido el genocidio a manos del Estado Islámico (ISIS), nuestras comunidades destrozadas han sacado inmensas esperanzas de la promesa del compromiso estadounidense a las comunidades minoritarias iraquíes, realizada por el Vicepresidente”.
Así recordó que en octubre de 2017, Pence aseguró:
“Los Estados Unidos trabajarán mano a mano desde este día con los grupos religiosos y organizaciones privadas para ayudar a aquellos que son perseguidos a causa de su fe. Este es el momento, ahora es el momento, y Estados Unidos apoyará a estas personas en su hora de necesidad”, dijo Pence.
Al año siguiente, en junio de 2018 Mike Pence conversó con el primer Ministro de Irak Haider Al-Abadi y reiteró la necesidad de proteger a las minorías religiosas. En un país destruido por la guerra, hasta el momento la ayuda material norteamericana para sostener a las minorías que buscaron refugio principalmente en la región del Curdistán iraquí, se ha limitado a la esfera de las ONG coordinadas por el Departamento de Estado.
Por su parte, Stephen Rasche, consejero de la Arquidiócesis católica caldea de Erbil, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que Mons. Warda “está respondiendo en primer lugar a la evacuación parcial de Estados Unidos realizada a inicios de esta semana en su Embajada en Bagdad y su consulado en Erbil”.
“Estamos respondiendo particularmente a la información poco clara sobre que Estados Unidos está preparándose para retroceder, al menos en parte, de sus anteriores compromisos con respecto a su apoyo a las minorías en peligro en Irak”, dijo Rasche.
Por otro lado, pese a la derrota de los terroristas del Estado Islámico (ISIS) en Irak, muchos cristianos no regresan a sus hogares ya que ahora enfrentan otras amenazas en distintos lugares del país, como la ciudad de Bartella, que antes era totalmente cristiana y que ahora es controlada por una facción chiíta de musulmanes conocida como Shabak.
La supuesta promesa para proteger a la comunidad cristiana en Irak, se ve que es ignorada frente a las prioridades definidas por los neoconservadores de Washington para mantener su predominancia en el Medio Oriente, ya bastante agrietada. En las últimas semanas, Pence y el propio presidente Donald Trump pusieron como su nuevo blanco a Irán, echando a andar la propaganda de que el país prepara un ataque contra Irak, y por eso los EUA necesitan retirar a su personal diplomático para protegerlos de los posibles ataques del nuevo enemigo.
Y este es el temor que justifica el llamado de los cristianos caldeos de Irak, pues el drama es que después de todas las guerras en el Medio Oriente trabadas por los poderosos intereses geopolíticos externos, la región se encuentra devastada económica y políticamente, ante lo cual el propio papa Francisco ha exigido a los poderosos del mundo que se deje de maltratar al Medio Oriente.
Por lo que toca a Irak tenemos que recordar que la destrucción se remonta a la Guerra del Golfo (1990-91), marcando el embate inicial del Nuevo Orden ondeado por el entonces presidente George Bush. Más tarde el remolino bélico se extendió a otros países, y uno de los blancos fue la destrucción de la comunidad cristiana de toda la región. En aquella época los jerarcas de la Iglesia Caldea, lo advirtieron contundentemente.